Peronistas en el Concejo proponen nombrar José Ignacio Rucci un tramo de calle 36

Es el que va de 2 a 3, precisamente en donde se encuentra la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT) Región Capital. Dicha entidad a nivel nacional fue encabezada por el mencionado dirigente metalúrgico hasta el 25 de septiembre de 1973, cuando fue asesinado por un grupo terrorista al que su familia acusó desde un principio: Montoneros. Era hombre de confianza de Juan Domingo Perón.

REGIÓN13/10/2025
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El bloque de Unión por la Patria presentó un proyecto en el Concejo Deliberante de La Plata para designar con el nombre de José Ignacio Rucci al tramo de calle 36 entre 2 y 3, donde está ubicada la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT) Región Capital. 

 

Rucci (nació en Alcorta, provincia de Santa Fe, el 15 de marzo de 1924) fue un dirigente sindical argentino de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y secretario general de la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT) entre 1970 y 1973.

Además, lideró la fundación de las 62 Organizaciones Peronistas en 1957, mientras nuestro país era gobernado por la dictadura que en 1955 derrocó a Perón y que se había autodenominado Revolución Libertadora. 

 

Rucci, muy cercano a Juan Domingo Perón, desempeñó un papel central en su retorno a la Argentina luego de 18 años de exilio y representó al movimiento obrero en el Pacto Social de 1973. Su icónica foto sosteniendo el paraguas para proteger de la lluvia a quien en 1972 volvía al país para ser nuevamente presidente de la Nación fue una muestra del afecto que le tenía. 

 

Con relación al mencionado Pacto Social de 1973, cabe destacar que fue un pacto entre los empresarios y los sindicalistas auspiciado por Perón para contener la inflación, impulsar la industria nacional y volver a un reparto de la riqueza: la mitad para el capital y la otra mitad para el trabajo. Un esquema con una mayor participación del Estado, con libre juego del mercado, pero dentro del capitalismo.

 

Lavacopas

 

Luego de su llegada a la Ciudad de Buenos Aires proveniente de Santa Fe, el primer trabajo de Rucci fue de lavacopas en una cadena de confiterías que se llamaba La Cosechera, en la calle Pedernera y Rivadavia. Trabajó también en la fábrica de gaseosas Bilz en Palermo y una confitería ubicada en Cabildo y Juramento, donde fue mozo, ayudante de cajero y sereno.

En este último empleo se encontraba el 17 de octubre de 1945 cuando, como otros millares de trabajadores y trabajadoras se hizo presente en la Plaza de Mayo para reclamar por la libertad del general Juan Domingo Perón, razón por la cual fue despedido.

Ingresó entonces a trabajar en la importante fábrica de automotores Hispano-Argentina, en su planta de Caballito, donde "duró poco".

 

Allí conoció como compañero de trabajo a Hilario Salvo, que poco después sería uno de los líderes de la recién creada Unión Obrera Metalúrgica, y a Adelino Romero.

 

En 1947 empezó a trabajar en la fábrica de artículos electrodomésticos Alejandro Ubertini, una pyme ubicada en las calles Constitución y La Rioja (barrio San Cristóbal), donde se desempeñó como “delegado de hecho”. Su despido desencadenó una huelga de siete meses reclamando su reincorporación.

 

A raíz de su desempeño, lo llamaron desde la Unión Obrera Metalúrgica para integrar la paritaria obrero-patronal, momento que él mismo consideraba como el de inicio de su carrera sindical.

 

 

 

1973, Operación Traviata

 

Corría el año 1973. El domingo 23 de septiembre, Perón fue elegido presidente por tercera vez: obtuvo 7,4 millones de votos, un arrasador 61,85 por ciento. Los peronistas, mientras seguían festejando ese triunfo con su líder como “prenda de paz”, se vieron conmocionados -como todo el país, lógicamente- con el asesinato de Rucci.

A dios días de ser elegido Perón, le asesinaban a su hombre de mayor confianza sindical, garante del pacto social. 

 

Rucci estaba en su domicilio y salió en dirección al Torino colorado de la CGT que acababa de estacionar frente a la casa chorizo de la Avenida Avellaneda 2953, entre Nazca y Argerich, en el barrio porteño de Flores.

 

Cuando sale, sus trece guardaespaldas ya están en sus puestos, sentados en los cuatro autos estacionados sobre Avellaneda: tres lo esperan en el Torino colorado sin blindar; cuatro en un Torino gris ubicado a unos cincuenta metros, casi llegando a Argerich; los otros seis, en los dos coches del medio, un Dodge blanco y un Ford Falcon gris, que es el que saldrá primero, encabezando la caravana.

 

De repente, mientras la comitiva se apresta a partir, se escucha el estruendo de un disparo de Itaka que abre un agujero en el parabrisas y una ráfaga de ametralladora.   Después de esa ráfaga, la bala de un FAL atraviesa la cara lateral izquierda del cuello de Rucci.

 

Si bien nunca fue esclarecido, todos los indicios señalan al grupo terrorista Montoneros. Sus impulsores bautizaron el atentado como “Operación Traviata”: ese nombre provino de la cantidad de disparos que recibió su cuerpo, comparable a los agujeros de una galletita llamada "Traviata". 

 

Su hija, Claudia Rucci (exsenadora bonaerense, quien hasta hace unos meses estuvo a cargo del Observatorio de Derechos Humanos del Senado, bajo las órdenes de la vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel) tenía 9 años cuando lo asesinaron. Siempre estuvo convencida de que el grupo terrorista Montoneros fue el responsable de ese asesinato.

 

Pese a que Montoneros, ni otra organización armada, asumieron oficialmente la autoría, la mayoría de los análisis históricos apuntan a esa organización liderada por Mario Firmenich como la responsable. 

 

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