La céntrica casona de calle 48, la escopeta española y hasta el sillón odontológico de Barreda, en el litigio hereditario

Conocida la lista de herederos de las víctimas aún restan cuestiones para definir el destino del acervo patrimonial. Van por una nueva valuación de la céntrica vivienda. Un lote, un departamento en la costa, el Falcon, el DKW, la Siambretta y hasta el interés por montar el bar “El loco Ricky”.

Policiales 14/01/2025
nnnnnnnnnnnnnn

Aquel sillón odontológico que con más de 60 años de edad y con la condena de prisión perpetua sobre sus espaldas, aun pensaba volver a utilizar para la atención de sus pacientes, fue uno de los tantos argumentos por los que el cuádruple homicida Ricardo Barreda decía que quería y podía salir de la cárcel, en una libertad condicional, anticipada, con salidas laborales, por el 2 por 1, o por el beneficio procesal que fuera. 

Aquella puja, por los crímenes de sus dos hijas, su esposa y su suegra, se dirimía en el fuero penal de 8 y 56, en la que el dentista pugnaba por salir de la cárcel, y en un momento hasta lo logró, para poder compartir el departamento de su novia, la docente jubilada Berta “Pochi” André. 

Pero en el fuero civil el acervo patrimonial fue siempre materia de acaloradas disputas. Los herederos de las víctimas pusieron el foco desde el comienzo en la céntrica casona de 48 entre 11 y 12. También aparecía el interés por otros bienes como una casa (ahora intrusada) en la costa, el lote de una de sus dos hijas, el Falcon verde y el DKW, los dos autos que junto a la moto Siambretta, completaban los anhelos más preciados. 

Hasta se llegó a hablar en tribunales del sillón odontológico y otras pertenencias de la casona para armar allí un restó bar temático de nombre “El loco Ricky”, aprovechando esa rara atracción que siempre provocó Barreda en la sociedad, aún después de haber cometido semejante masacre.  

Capital 24 dio a conocer -en exclusiva- la declaratoria de herederos en su edición del viernes 10 de enero cuando el juzgado en lo Civil y Comercial N° 17 de La Plata emitió el listado de quienes podían hacerse de los “bienes de familia” a 32 años del cuádruple crimen. 

El bien más cotizado fue la casona, allí donde el 15 de noviembre de 1992, Barreda ejecutó a sangre fría a sus dos hijas, su esposa y su suegra. Recién en 2014, la Legislatura bonaerense aprobó la expropiación de la céntrica vivienda. 

Con el fallecimiento del odontólogo en 2020, el fuero civil dio intervención además a la justicia en lo contencioso administrativo de La Plata. Sobre la idea de establecer una valuación del bien inmueble, los herederos provenientes en la línea sucesoria de la suegra de Barreda, Elena Arreche, reclaman que les sea cedida a precio actual de mercado. El estado provincial esgrime, por su parte, que el valor de la casa es el fiscal, por ende, muy inferior. 

Esa valuación es una vuelta más al engorroso expediente que ya lleva tres décadas en los tribunales civiles de nuestra ciudad, curiosamente, ubicados a escasos metros de la casona, donde el dentista desató la masacre. 

La lista de herederos, tal como se informó, la integran Irma Luisa Fernández Arreche, Dora Elena Julián Arreche, Hugo Enrique Fernández Arreche, Graciana Nélida Arreche, Luisa Isabel Arreche, Emilio Tomás Arreche y Mariana Arreche. 

Al momento del juicio oral, uno de los primeros televisados a gran escala, durante horas y con enormes números de rating, Barreda dio una nueva versión de los hechos. Antes había dado otras. Siempre se pensó que tenía el objetivo de lograr la herencia, para cuando pudiera recuperar la libertad. 

Entre sus cambiantes declaraciones, el odontólogo llegó a decir que los homicidios habían sido cometidos por el novio de una de sus hijas. Después simuló falta de memoria y luego confesó con lujo de detalles el orden de los disparos. Incluso, con marcadas precisiones. Eso llevó a pensar que en su imaginario siempre había estado la posibilidad de reencontrarse con sus bienes. Y tal como él mismo lo expresó estando preso en la Unidad 9, tenía la intención de volver a ejercer su profesión de odontólogo, aun después de los 60 años, y a pesar de que estaba estudiando abogacía intramuros, con varias materias rendidas. 

El resto ya se sabe. Barreda cumplió parte de su condena en prisión y el resto bajo arresto domiciliario. Murió en un geriátrico de José C. Paz en 2020. Jamás pidió perdón ni se mostró arrepentido. 

Te puede interesar
Lo más visto