Nueva reunión para saber cómo actuar frente a una inundación

En el marco del denominado “Encuentro de Educación Ambiental” que se llevó a cabo ayer por la tarde en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), se dieron detalles e intercambiaron experiencias especialmente vinculadas a “aprender en comunidad cómo prepararnos y actuar frente a una inundación”.

REGIÓN16/07/2025
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“Vivir en una ciudad inundable: lluvias, inundaciones y saberes compartidos”, se denominó a dicha reunión.

Durante la jornada llevada a cabo en el Centro Karakachoff, el presidente de la UNLP, Martín López Armengol, sostuvo que “el problema ambiental se resuelve entre todos, por eso apoyamos en 2022 la creación de esta secretaría como un espacio de investigación y contención que canalice todas las actividades propuestas por la comunidad en lo que refiere a la conservación de los recursos naturales”.

La referencia de López Armengol fue a la Secretaría de Ambiente y Conservación de los  Recursos Naturales de la casa de estudios, la cual está a cargo de Nora Gómez y fue al área encargada de organizar la jornada.  

Además de Gómez estuvieron el secretario de Relaciones Institucionales, el concejal Javier Mor Roig; Juan Augusto Díaz, técnico en Meteorología e integrante del Grupo de Pronóstico de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas; como así también representantes de Asambleas y Vecinos Inundados.

Según explicaron desde la Secretaría de Ambiente, la iniciativa busca propiciar un espacio para “intercambiar experiencias y aprender en comunidad cómo prepararnos y actuar frente a una inundación, fortaleciendo así la conciencia y la organización colectiva”.

“Debemos asumir las consecuencias del cambio climático y también es interesante asumir que La Plata es una ciudad inundable como punto de partida para tomar acciones concretas y no esperar a que vuelva a ocurrir una tragedia”, expresó el presidente de la UNLP.

Como se sabe, la ciudad de La Plata sufrió la peor inundación de su historia el 2 de abril de 2013, que tuvo como consecuencia la muerte de 89 personas y pérdidas materiales incalculables. En apenas cuatro horas, llovieron cerca de 400 milímetros y el caos y descontrol se volvieron inevitables. A partir de allí, además, comenzaron los reclamos de organizaciones vecinales ante las autoridades municipales y provinciales para que se lleven a cabo las obras hidráulicas tantas veces prometidas y así poder evitar, ante una situación similar, nuevas tragedias.

 

 

 

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