Luis Burgos, experto argentino en O.V.N.I.: “El más grandioso fue el caso de Atalaya”

Creó la Fundación Argentina de Ovnilogía. Con más de 40 años de trabajo de campo en la temática, nos cuenta sobre sus inicios, su primer avistamiento en 1986 y el mercantilismo que hay alrededor de estos casos.

Actualidad 25/03/2024
530982c8-8648-4b20-841f-a8aeac057902

- Contame de vos, de tu experiencia en el ámbito de la “Ovnilogía”

- El interés mío nace de chico pero la astrología, la ovnilogía ni la parapsicología son disciplinas que uno las hace a pulmón. Nosotros no tenemos ningún tipo de apoyo, no es una materia que está reconocida como ciencia, entonces yo tomo como fecha de inicio como investigador de campo el 20 de julio de 1969, casualmente cuando el hombre llegó a la Luna, yo tenía 13 años. Yo a mis 8 años venía con la cabeza quemada por el tema porque mis padres tenían un kiosko de diarios y revistas en Ensenada donde yo nací y esa época de apariciones no solamente de Argentina sino en el mundo: vos comprabas una revista, ya sea Crítica, La Razón, Crónica, y tenían en las portadas “Bajó un plato volador en Olavarría”, “Se vio una flotilla de ovnis en Tandil”, “Se vio un ser extraterrestre en Mar del Plata”. Y yo me acuerdo como si fuera anoche porque yo estaba viendo en el viejo televisor en blanco y negro y en vez de ver el astronauta pisando la Luna, yo veía en la oscuridad si se veía algún O.V.N.I., algún plato volador. Al otro día, aprovechando el kiosko de diarios y revistas de mi viejo, empecé a hacer una mini biblioteca, fotos de diarios, revistas, todo encuadernado. En el colegio donde yo cursaba la secundaria, le pedí permiso a la directora para dar charlas en horas libres porque había muchos chicos que estaban muy interesados en el tema, venían los preceptores, se engancharon los profesores y hasta llegamos a dar charlas con diapositivas en la biblioteca y venían los padres, los familiares de los alumnos. Fue una época muy linda, y fue el inicio mío, ya voy a cumplir el 20 de julio 55 años con el tema recorriendo todo el país y parte de Uruguay. Más adelante quise hacer algo más abarcativo y más federativo, empezamos a contactarnos con gente de otras provincias y así nació la Fundación Argentina de Ovnilogía (FAO) el 28 de diciembre de 1984 a sala llena en el Club Español de La Plata, en 6 y 54.  Hoy por hoy, la FAO es la entidad más longeva en actividad. En diciembre cumplimos 40 años ininterrumpidos investigando el fenómeno O.V.N.I. en Argentina. Además en los años ’80, me convierto quizás en uno de los primeros argentinos en descreer de la llegada del hombre a la Luna. 

 

- Presidís la Fundación Argentina de Ovnilogía. ¿Qué es, cómo funciona y a qué se dedica?

 

- En esa época cuando la fundamos, en el Club Español de La Plata, éramos unas 20 personas apasionadas en el tema. Después se fue agregando más gente y hoy en todo el país ya la FAO tiene doscientas personas entre miembros, colaboradores, corresponsales, asesores. La base nuestra es FAO La Plata pero también existe FAO Buenos Aires, FAO Mar del Plata que se creó el año pasado. Ahora hace poco se fundó FAO Noreste que abarca Chaco, Corrientes, Misiones y Formosa. Lo nuestro se basa en la investigación, especialmente en la de campo y en ser lo más objetivo posible, investigar con las herramientas científicas a nuestra mano, hoy tenemos un equipamiento que antes no lo podíamos lograr. 

 

- La gran pregunta que nos hacemos todos es: ¿Qué son los O.V.N.I.S. y de dónde vienen?

 

- Es una tecnología  muy avanzada: física, sólida, que sobrevuela, aterriza, deja sus marcas, produce contactos. Hay tres preguntas que al menos no las puedo contestar, por ejemplo, de dónde viene el fenómeno O.V.N.I. La estrella sigue siendo lo extraterrestre, en poco tiempo vamos a cumplir 80 años de ufología, desde que se inició el fenómeno allá en 1947 pero en casi ocho décadas, sigue siendo la hipótesis E.T. la que más adeptos tiene, sobre la que más estudios se han hecho e hipótesis se han manejado de una virtual procedencia del espacio exterior pero los investigadores con el correr del tiempo se fueron corriendo a otra hipótesis: hay gente que piensa que son viajeros del tiempo, podría ser “el hombre del futuro” trasladado a nuestro pasado que sería nada más ni nada menos que nuestro presente; podrían ser del interior de la tierra, es decir, “intraterrestres” o también “interterrestres”, provenientes de mundos paralelos, que aparecen y desaparecen. Hay otros que también hablan –entre los cuales me agrupo- que son “O.V.N.I. terrestres”, no todo el fenómeno pero hay una gran proporción que está enquistado dentro del fenómeno O.V.N.I. que son prototipos americanos, no tengo ningún tipo de dudas de eso. Hoy, si hacemos un censo, el 90% de los ufólogos, admite que hay una presencia O.V.N.I. que es netamente terrestre: científica, militar, de espionaje, pero enquistados dentro de este fenómeno que tanto nos moviliza.

 

- El año pasado la FAO convocó a una “vigilia nacional” para observar el cielo y registrar cualquier tipo de fenómeno inexplicable. ¿Querés contarnos sobre eso?

 

- Las vigilias las hacemos permanentemente. La primera que hicimos fue en el Partido de Cañuelas, en un pueblito llamado Uribelarrea en el año 1984. Después, cuando empezamos a investigar en la zona de la Ruta 11, la Costa, Atalaya, Punta Indio, Magdalena, Verónica y la Ruta 36, de ahí no paramos. Estamos yendo tres veces por año a realizar vigilias nocturnas no solo para fomentar la investigación del tema sino también para que se acerque la gente en una noche estrellada.

 

- ¿En qué consiste el proyecto “Validar” que desarrollaste junto a tu equipo?

 

- Nosotros tenemos un Banco de Datos de Argentina desde el año 1947 hasta hoy. Ahí tenemos unas 6.000 denuncias, ahí tenemos casos de otrora, de la prensa de los ’50 y ’60, de colegas, relatos que han hecho, investigaciones propias y de colegas. Este año nos propusimos empezar a validar cuáles son los mejores casos. El caso que no admite duda es el de mi amiga Jolié Moreno, en Tranca, Tucumán, en 1963, que es el caso “top” de la ovnilogía argentina. Nos propusimos juntar los casos que reúnan las mejores evidencias que son irrefutables y armar un puntaje y un protocolo. La sorpresa es mayúscula: ya voy por la década del ’70 y solamente tenemos validados una quincena de casos. En los puntajes que armamos entran en juego el testigo, el caso, quién lo investigó, las evidencias físicas más notables para validarlo y si pasan los 7 puntos están aprobados por el “protocolo Validar”.  

 

- No puedo dejar de preguntarte: ¿Has visto O.V.N.I.S. a lo largo de tu vida? 

 

- Yo estuve desde el año 1969 hasta 1979 sin ver un O.V.N.I. y desde ese año hasta hoy, tuve la chance de ver nueve veces fenómenos no identificados. Algunos me marcaron más: a veces los hemos detectado en las vigilias o vamos a lugares donde nos llaman y el fenómeno es recurrente, aparece durante varias noches. El más grandioso fue que incluso la serie “Contacto extraterrestre” de History Chanell, el caso de Atalaya, en Magdalena: la noche del 4 de marzo del ’86, tuvimos un encuentro, siete miembros de las FAO, en un campo. Llegamos, nos subimos a un molino y había un enjambre de huellas en el campo: una al lado de la otra, separadas, con tres, cuatro, cinco y ocho metros de diámetro, de forma circular, ovar, de herradura, con el pasto quemado y otras con el pasto reverdecido. Cuando volvimos al día siguiente, parecía un loteo: 150 marcas contabilizamos y nos dimos cuenta que estaban aterrizando ahí, que la gente no veía visiones. Ese campo es el récord mundial de huellas y aterrizajes de ovnis. Empezamos a hacer la vigilia y esa noche llegamos a las 21 horas. Apenas bajamos, miré y venían dos puntitos luminosos blancos pero se detuvieron justo a 45° nuestros entre el pueblo de Atalaya y el lugar donde estábamos nosotros: se juntaban, se separaban, giraban alrededor entre ellos haciendo una danza aérea. Lo más grandioso, además de que cambiaban la coloración: rojizo, azulado, fue que en determinado momento uno de los dos se empieza a acercar al grupo lentamente. Ahí no me gustó mucho, sentí que estorbábamos. Nos quedábamos, el objeto se retira, se vuelve a juntar con el otro y a los minutos vuelve a acercarse y se enciende como si fuera un reflector y yo tenía un linternón en la mano y dije “que sea lo que Dios quiera, uno vivo tiene que quedar”. Fue un momento tenso, uno de los que hacía supervivencia dio la orden de tirarse “cuerpo a tierra”, uno de los fotógrafos tuvo una crisis nerviosa. Esa experiencia no la vamos a olvidar nunca. 

Te puede interesar
mbappe-real-madrid_1440x810_wmk

El “terremoto Mbappé” rompe record en venta de camisetas

Actualidad 13/07/2024

Una locura absoluta. Se sabía que había una tremenda expectativa por su desembarco, pero nadie imaginó que la apertura de la venta de su camiseta fuese de un descontrol descomunal, a la fecha se estima que las ventas superan el 1.500.000 de camisetas, escalando a un nivel de 2.500.000.

Lo más visto