Thomsen insiste en revertir su condena a perpetua en los estrados de La Plata

Culpó a uno de sus amigos por el asesinato de Fernando Báez Sosa. Con su nuevo abogado recurrió a la Corte bonaerense. Al otro, lo llenó de críticas. Va por la nulidad de todo lo actuado. La estrategia es inusual para una sentencia confirmada en Casación. Otros rugbiers se sumarían a esta singular estrategia.

Zona Capital 16/04/2024
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“Traducido esto a términos más llanos, Máximo Pablo Thomsen, hoy de 24 años de edad, no volverá a poner un pie fuera de la cárcel durante el resto de su vida, y solo saldrá de la institución penitenciaria en un féretro cuando culmine su vida en este plano material”, disparó su flamante abogado al radicar, en nuestra ciudad, su apelación a la condena y pedido de nulidad. 

Que un condenado a la máxima pena por un Tribunal Oral y con sentencia ratificada por la Casación bonaerense, diga que es inocente, cambie de abogado y culpe a uno de sus amigos es la novedad que por estos días causa conmoción ante la opinión pública, sobre todo de quienes siguen de cerca los pormenores del crimen de Fernando Báez Sosa. 

Todo condenado puede apelar ante instancias superiores. Lo llamativo del caso es la contundencia de las pruebas tenidas en cuenta tanto en el juicio oral como en la Casación con la que se arribó en la sentencia dictada contra los rugbiers. 

Con su nuevo defensor, el condenado a prisión perpetua, Máximo Thomsen, acusó al rugbier que habría originado la pelea dentro del boliche de Villa Gesell, quien, a su vez, sería la persona que asestó el primer golpe a la víctima. 

El recurso de apelación fue interpuesto por el abogado de Thomsen, Francisco Oneto, ante la Suprema Corte. Ayer fue despachado para su análisis por la mesa de entradas de avenida 13, 47 y 48. 

El defensor solicita que se le revoque a su asistido la condena a perpetua y se le otorgue la posibilidad de un nuevo juicio. El documento emite duros términos contra el abogado anterior, Hugo Tomei. También describe, lo que a su criterio ocurrió en la fatídica madrugada del 18 de enero de 2020, en el homicidio de Báez Sosa. 

“Máximo omitió declarar que el que da la primera piña que derriba a Fernando Báez Sosa y lo pone fuera de combate es Enzo Comelli. Piña a la que D’Alessandro (amigo de Báez Sosa) refiere que fue a traición”, puntualizó Oneto.

El letrado, adoptando la voz de Thomsen en su defensa, criticó severamente la estrategia de su colega Tomei, quien aun asiste a la mayoría de los rugbiers condenados. 

“Las circunstancias hicieron que la asistencia técnica brindada por la defensa no sea efectiva y sustancial -indicó Oneto-, la incompatibilidad de intereses entre los imputados impidió que cada uno cuente con la posibilidad de expresarse de forma tal de preservarse totalmente a sí mismo; dicho en términos más latos, la defensa eficiente necesariamente debe ser egoísta y no solidaria como en este caso”.

A criterio de su nuevo defensor, Thomsen no pudo expresarse libremente respecto de los hechos y las circunstancias que ocasionaron el homicidio de Báez Sosa. Oneto afirmó que Tomei tuvo como objetivo que ninguna declaración particular provoque impactos negativos en la situación de otros acusados.

En otro tramo de su escrito, Oneto señaló que Thomsen se vio privado de asegurar que no protagonizó la pelea dentro del boliche y que el que empezó el disturbio fue Blas Cinalli. 

“Se omitió interrogar a los testigos Muñoz, Gómez, Ávila, D’Alessandro y García en ese sentido. Tal omisión colocó el móvil homicida sobre Máximo, cuando en cambio debió estar sobre Cinalli”, detalló el abogado. 

Y en esa línea, enfatizó que su asistido nunca pudo solicitar una pericia para establecer si algún golpe en particular produjo la muerte. Ese punto es crítico para este abogado porque puso en cuestión un golpe que produjo un moretón en el mentón de la víctima, “compatible con el golpe que asesta al inicio Enzo Comelli”.

Para Oneto, Thomsen “no estaba en condiciones de ejercer violencia letal porque cuando Gómez (uno de los empleados de seguridad de Le Brique) lo sacó del local de esparcimiento nocturno, lo ahorca hasta que cae desmayado y nadie interrogó a los custodios en ese sentido, ni mucho menos a los demás imputados, que, si bien se podrían haber negado a declarar también, pudieron haber aportado información útil corroborada por medios de prueba independientes”.

Dentro de la estrategia ahora desplegada por el abogado, narró que Thomsen no recuerda ese puntual suceso y lo que sabe es solo porque se lo dijo Matías Benicelli. También cuestionó que no se haya interrogado a Lucas Pertossi, a su entender, el único testigo que presenció el desmayo de Thomsen.

En su conjunto, el nuevo letrado luego de plantear la nulidad del juicio oral, pidió que se encuadre el hecho como “homicidio en riña”, el cual prevé una pena de seis años. Por ende, muy inferior a la de perpetua impuesta en primera instancia y luego ratificada por la Sala III de la Casación, en su sede de calles 43, 12 y 13. 

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